Previously on El inmigrante Luis: Luis estaba contento y después se le vino la calavera abajo, por así decirlo.
Eran tiempos duros, duros como el pedazo de carne que se estaba comiendo, que por supuesto lo pidió rogando a un peatón de por ahí. No tenía dinero, solo algún que otro billete de su querida Napoli, pero ¿qué valor tendría?, solo sentimental.
El inmigrante Luis no quiso seguir pensando en su sueño, es más, se había vuelto una pesadilla y real. Pasaron horribles días por encima de Luis, HORRIBLES. Y noches también. Cuando digo días también hablo de noches. Pedía monedas en las avenidas y hacía mandados a ancianas, se guardaba la propina, no de ventajero, no sabía a donde llevar los pedidos, estaba perdido en la ciudad. En una tarde fría y oscura, se acerca un hombre trajeado, pelado, anteojosado, de esos que se te acercan a vender perfumes. Ok, Luis pensó, "yo no quiero perfumes, pero what the hell", "mah si, me llevo 2 señor"
-Dos que? No vendo nada, no me los banco a esos, asd, venía para ofrecerte un trabajo, de esos que nadie quiere hacer, pero todo inmigrante lo hace, y te veo apto para esto
-Mmmh -pensó- mah sí, me llevo 2.
-Genial. Acá tenés tus perfumes, éste es de Cristian Lacruá, y este es de mmh para que se borró.. mmh.. ah sí, Lui Vuitón, me entendés? ;)
-No.
-Vení conmigo pibe
-Piacere !
La oferta era tentadora, tentadora a la hora de pensar en que su sueño podía hacerse realidad otra vez, tener esas hectáreas en el campo, oh si.. pero había un problema atravezado, el trabajo era de alto riesgo, la propuesta era hacer de matón, ave negra, intimidador, cual Bruce Willis en el Chacal o Jin en Lost. "Je, el ponja", decía Luis. "Lo re banco a Jin, dale nomás".
Luis iba a ser muy bien pago debido a la dificultad que le ocasionaba semejante responsabilidad, con un poco de suerte, en uno o dos años ya tendría un buen monto de dinero para comprar algunas hectáreas, se conformaría, o quizás con más dinero podría expandir su terreno. En fin, el plan iba sobre ruedas, pero de esas de bajo perfil RE copadas.
Su primer trabajo no fue nada sencillo. Correr a los pendejos que pateaban la pelota en la calle Tupungato a la altura del piso, o más abajo, ahí iban a quedar los pibes si no hacían caso.
En eso fue Luis todo trajeado, anteojos negros, peinado pa' tras con el pelo húmedo (como de Niro) y una cara de "te haré pedazos, malhechor". Los chicos ni bien lo vieron, salieron rajando como chupapijas en territorio enemigo. Luis estaba contento, chocho diría él.
Vuelve con su jefe, "el halcón" o "la hiena", por Luis llamado "el ratón hocicudo", que es bien recibido y pagado a término.
La vida de Luis está tornando para lados oscuros, la pregunta a plantearse es:
¿El fin justifica los medios? ¿Luis debe ir contra sus principios por su sueño?
Lecciones de vida en el blog de TUVIEJA:
Matemos chupapijas todos juntos, ahora transmiten dengue !!!, esta tarde se juntan en chupapijas' place a tomar sangre de pony. Vamos a atacar, se puede sumar cualquiera. Lleven Raid contra chupapijas.
Cualquiera de éstos sirve:
You can suck my dick all week along, even you, son of a bitch, que en español es más o menos "Hasta la próxima semana amiguitos!"